Hace pocos días me encontraba en un reconocido centro comercial de la ciudad (No voy a decir que es el Mall del Sol para no hacerle publicidad) junto a mis panas Diego Arcos y Verónica, su esposa. De repente ocurrió algo que sin dudas me llamó la atención de sobremanera. Se acercó una señora de la tercera edad y le pidió un autógrafo a Diego. Para esto le dio una hoja en blanco y una pluma. Lógicamente lo que me llamó la atención no fue que la dama haya reconocido a Diego y de alguna u otra manera querer inmortalizar el momento de este encuentro, sino que le pidió un AUTÓGRAFO...¡SI! ¡AUTÓGRAFO! Algo que está en peligro de extinción desde hace algunos años y que coincide con la salida de los teléfonos inteligentes y de la fácil manera de poder adquirirlos.
Resultaba normal que nuestros padres abuelos pidieran una firma a su artista o futbolista preferido si se lo topaban en persona ya que no en su época no resultaba sencillo llevar una cámara de fotos a todos lados como ahora nosotros lo podemos hacer (Celular).
No les puedo describir exactamente lo que sentí cuando vi a la Señora acercarse a Diego y pedirle ese anhelado autógrafo. Fue una mezcla de ternura y nostalgia. ¿Por qué nostalgia? Bueno, sin duda alguna es por el hecho de que el autógrafo (Sobre todo en un papel) está desapareciendo. Ahora todo se resuelve con una foto. Y claro, es una forma más clara de probar que se estuvo cerca del famoso, pues solo una firma no es confiable. Tampoco me voy a "tirar" a joven y decirles que nunca pedí un autógrafo en mi niñez. Solo tengo dos (O tenía porque no se donde están), el de Juárez y Grazziani, que me los dieron allá por el años de 1998 cuando jugaban juntos en mi equipo Emelec.
En todo caso, un concejo: Si alguna vez le van a pedir una foto a un famoso al cual admiran, también pídanle un autógrafo ya que nunca se sabe si algún día esa firma costará dinero y que esa foto sea la prueba de que aquella firma es real, o sino pregúntenle a esos que tienen firmas de Lennon o McCartney.